jueves, 8 de noviembre de 2007

Un libro sin escribir, una pintura sin empezar ...

Las sensaciones, las emociones que producen los primeros pasos, las primeras letras en el primer blog son una extraña mezcla de aquella vibrante emoción antes de dar el primer beso en la boca de otra persona con aquellas que deben despertar una pila de papel en blanco con la primera hoja puesta en la máquina de escribir (aunque ya no se haga de ese modo) esperando que la inspiración acuda, que las ideas manen para dar lugar al génesis mágico de vaya a saber qué maravilla o qué esperpento literario o el manso desconcierto del pintor frente al inmaculado lienzo con el pincel en la mano y la mente en un algún oscuro universo vacío de inspiración. Entre la sana expectativa y el incierto dilema de este universo que puede confirmar o desmentir la teoría de la expansión surge este balbuceo, esta incipiente muestra de ganas que tal vez podamos compartir.
Gracias.